Recomendaciones | Cómic y Manga 'Por culpa de una flor': la poética cromática de María Medem
Por Cultura Fnacel 12/12/2023
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Alguien, equivocadamente, podría pensar que elegir los diez mejores manga del año puede ser tarea fácil, porque tampoco habrá tantos… Craso error, y a varios niveles, pues no es sólo que cada vez sea más difícil hacer la selección de lo mejor, es que, además, la calidad de lo que nos llega, y repartido entre tantos géneros tan diferentes, tiene un nivel tal que resulta muy comprensible que cada vez haya más gente que sólo lea manga. Y no por cerrarse a otras cosas, pero es que hay tanto y tan curioso que no te deja tiempo para mucho más. Además, muchas editoriales están haciendo una gran labor de recuperación de material de décadas atrás, verdadera historia ilustrada del cómic nipón, nunca antes publicado en nuestro idioma y país, con lo que el descubrimiento de auténticas joyas es un gozo difícil de eludir. Es por ello que, en este nuestro subjetivo top, vamos a incluir tanto novedades producidas en el presente año como ediciones de obras más antiguas, pero todavía tan vigentes y disfrutables que bien merecen estar en un primer nivel de visibilidad. Un buen puñado de lecturas, que, durante este año tan completo, hemos disfrutado de lo lindo.
Cómo en las listas de los mejores del mundo en determinados deportes, cuando quien está en el top revalida el primer puesto con la autoridad de quien sabe perfectamente lo que se hace, no podemos sino rendirnos a elegir como mejor manga del año de nuevo a una obra de Keum Suk Gendry-Kim, la autora coreana afincada en Francia, que prosigue su noble empeño de mostrar el pasado de su país natal a través de las viñetas generadas por los recuerdos de sus supervivientes, siempre desde el punto de vista de las mujeres coreanas que más han sufrido en silencio a lo largo de las décadas. Tras Hierba, elegido casi unánimemente mejor cómic de 2022, su siguiente publicación, La espera vuelve a dejarnos compungido el corazón con sobriedad y contundencia, quizá con una mayor capacidad de síntesis que su predecesora (es prácticamente la mitad de extenso). En este caso, el foco está en el drama humano de la separación de las dos Coreas en 1948, cuando miles de familias fueron separadas a la fuerza, incluso durante el caos de la huida de una zona a otra. Como ya comentamos más en detalle, Gendry-Kim se vale de los testimonios de su madre, amigas de esta, etc., para crear un fresco que aglutina muchas experiencias en una misma protagonista, que no se rendirá ni ante la edad ni el tiempo en mantener vivo el recuerdo de aquellos a los que perdió. Un manga no sólo reseñable, sino muy necesario como recordatorio histórico que, por justicia, debe permanecer en la memoria.

Sin alejarnos de la idea de recordar para aprender del pasado, este año hemos podido disfrutar de dos recuperaciones de auténtico lujo, ambas relacionadas con el enorme trauma emocional que supuso la II Guerra Mundial en toda una generación de autores japoneses. Hemos tenido la oportunidad de leer las experiencias del dios del manga, Osamu Tezuka, durante su juventud en las postrimerías del conflicto, en La fortaleza de papel, recopilación de historias cortas autobiográficas, realizadas mucho tiempo después, entre 1970 y 1977, con el ojo crítico que otorga la distancia temporal y ciertos toques de humor que la madurez autoral de Tezuka permite integrar de manera muy personal. Una pequeña joya que no habíamos tenido la oportunidad de disfrutar en nuestro país, y que se cuela en el top por derecho propio. Como la otra recuperación que mencionábamos, que si había estado disponible en castellano hace lustros, pero que ha vuelto con más fuerza en una edición como se merece. Pies descalzos, la obra maestra de Keiji Nakazawa, llegó este año en el mejor momento, justo antes de disfrutar en cines de Oppenheimer, la película de Christopher Nolan sobre la vida del Prometeo americano que propició la bomba atómica, y puso fin a la II Guerra Mundial, con la rendición incondicional de Japón. Para aquellos que se quejaron de que aquella película no hacía hincapié en las consecuencias de la bomba, nada mejor que leer este manga, Hadashi no Gen en su título original, uno de los más importantes del género, que no puede ser más explícito en cuanto a contexto temporal, explosión y consecuencias. Dolor y dramatismo superlativo para plasmar en viñetas sus propias experiencias es lo que no escatimó Nakazawa para llevar a cabo esta obra catártica y necesaria, la odisea de su protagonista a través de la onda expansiva, histórica y social, de Little Boy. Una maravilla en cuatro tomos que no debemos pasar por alto.
Terminamos este top de recuperaciones indispensables con Mi amigo el kappa, un divertimento prodigioso del maestro Shigeru Mizuki, que bajo una capa de narrativa casi naif esconde no sólo una crítica velada a los poderes políticos del Japón de la recuperación económica, sino todo un canto a la amistad, el entendimiento entre seres en apariencia muy distintos, y un amor a la naturaleza que se nota a flor de piel. Una joya más de unos de los padres fundadores del medio, y que no nos podemos cansar de recomendar.

No somos mucho de incluir series en curso en el top de lo mejor del año, que no hayan empezado a publicarse en el año en cuestión, pero esta vez hemos de rendirnos a la evidencia y hacer una obligada excepción. No en vano, Chainsaw Man, el manga de Tatsuki Fujimoto, que ya va por el decimoquinto tomo en nuestro país, ha ganado durante tres años consecutivos el Premio Harvey al mejor manga. Una historia de demonios, posesiones y responsabilidades, cuya psicodelia narrativa no decae tomo tras tomo, y se mantiene en un interés narrativo del que no pueden presumir muchas publicaciones. Su inclusión en el top anual puede parecer una concesión a su elevado número de ventas, pero nada más lejos de la realidad. Dejando de lado por prejuicios, Chainsaw Man es una serie que se disfruta sin complejos como pocas.
En un registro muy diferente, más realista, hemos podido por fin disfrutar de la edición en castellano de The climber, el complejo manga psicológico de Shin'ichi Sakamoto, que combina un muy interesante análisis de la incomunicación en la adolescencia y los peligros de los referentes equivocados, con un apabullante arte donde destacan unos fondos de naturaleza hostil en estado puro, de los que cuesta pasar la página ante tal nivel de detalle. La caída al abismo a través de la adicción a la adrenalina de un tímido estudiante que descubre en el riesgo del alpinismo la mejor manera de escapar de una rutina que le oprime, es al tiempo una parábola sobre la incomunicación, en una edad tan difícil como la adolescencia, cuya lectura rebela una gran sensibilidad. Relativamente emparentado, aunque con un enfoque distinto, tenemos uno de los pelotazos de la temporada y que seguro que ronda varios listados de lo mejor del año, El verano en el que Hikaru murió, el manga revelación de Mokumokuren, una historia sobre la lealtad y la amistad. El regreso de Hikaru tras una semana perdido en las montañas, hace que Yoshiki, su mejor amigo, recele de si quien ha vuelto es realmente su amigo de la infancia. Físicamente parece él, sí, pero al mismo tiempo es una persona nueva. Este misterio, sin embargo, no mermará la fe en su amigo y decidirá pese a todo mantener su amistad y tratar de descubrir quién es realmente el nuevo Hikaro. Una serie de metáforas sobre el cambio y la evolución personal, en clave de misterio, que resulta absorbente al tiempo que tierna y conmovedora. Un pequeño descubrimiento muy disfrutable.

Pocas veces tenemos a un mismo autor en dos cómics seleccionados como los mejores del año, pero el autor de Chainsaw Man bien merece ser la excepción. En paralelo a su demoniaca serie, Fujimoto ha tenido tiempo para bajar a la tierra y sorprendernos con Goodbye Eri, una historia que comienza inundada en tristeza pero sobre la que amanece la esperanza según avanza su lectura, en lo que resulta una de las historias que mejor ha plasmado la desesperación y resurrección emocional propias de la adolescencia. Tal es su alcance, que Norma dispuso, para esta historia autoconclusiva, dos ediciones en castellano, y otras dos en catalán, en sendos formatos de los más habituales del manga, el bunkobon (o estándar) y el kanzenban (tomo de mayor tamaño).
Y terminamos este top con los mejores mangas del 2023 con sendas adaptaciones al manga de libros japoneses, que han sabido en su versión en viñetas conquistar nuevos terrenos con muy notable resultado. En Kanikosen, Go Fujio y Takiji Kobayashi adaptaban la clásica novela homónima de Takiji Kobayashi, escrita en 1929, y que narra la rebelión de unos pescadores cangrejeros, víctimas de un patrón abusador, en el clima de perpetua amenaza de guerra con Rusia en los albores del pasado siglo XX. La tensión se palpa en esta sobresaliente adaptación de la que se considera una de las novelas insignia contra la explotación laboral. Y por otro lado tenemos Cómo conocí a mi marido, de Yoshi Tsukizuki, que adapta el ensayo homónimo de Ryosuke Nanasaki, que narra la historia de los protagonistas del primer matrimonio gay legalizado en Japón. Un recorrido por la vida de Nanasaki, desde sus problemas de integración en la escuela hasta la lucha legal que le supuso el reconocimiento de su enlace, sin dejar de contar en realidad una bonita historia de amor. Dos historias de reivindicaciones lamentablemente eternas, que cierran un top que demuestra, un año más, la buenísima salud del manga en nuestro país.
David Romera (Cultura Fnac)
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